domingo, 25 de noviembre de 2012


AMBROSIO ERANSUS. APUNTES BIOGRAFICOS

Como siempre, empiezo por indicar que he recabado los datos como he podido, y estoy seguro de que el texto contendrá inexactitudes y errores. A quien las perciba y pueda corregirlas, le emplazo a escribirme para hacérmelas saber. También agradeceré cualquier información seria y contrastada , o cualquier fotografía, que pueda ampliar el post.

Don Ambrosio Eransus Iribarren, el promotor del monumento al Sagrado Corazón de Artica, nació en Mendioroz, un pueblecito cercano a Pamplona, con categoría de Concejo, en el valle de Lizoaín, el 20 de junio de 1909 , hijo de Alberto Eransus Equiza y Ángela Iribarren, padres de otros cuatro hijos varones: Francisco, Saturnino, Joaquín y Quintín, y de dos féminas, María Luz y María Amparo. Por alguna anécdota que desliza en sus escritos, se deja entrever que la familia tenia aquella religiosidad profunda y sentida tan habitual entonces en la Navarra rural. Probablemente después de algunas dudas sobre su vocación, decidió hacerse sacerdote después de ver un montón de crucifijos en un carro de basura, y fue ordenado en 1934. Su primera intención consistía en marchar a las misiones, y para ello pretendió ingresar en el Colegio de Misiones de Burgos.

 Por aquel entonces comenzó la Guerra civil. Aquello trastocó los planes de Don Ambrosio. Marchó a la guerra con el requeté, y llegó el grado de comandante, aunque su trabajo en el frente, en las trincheras, era el de capellán. Estuvo en el frente de Andalucía, en Córdoba. Allá conoció la historia del parroco de Bujalance, Teodoro Martín Camacho, a cuya difusión dedicaría tanto esfuerzo.

Al final de la contienda, “triturando los afectos”, estuvo dispuesto a ir a donde el deber lo quisiera  mandar, y, sin mostrar empeño alguno por ejercer su ministerio en Navarra, donde tenia su familia, sus amistades y su vida, recaló en la zona de Toledo. No dispongo de información detallada  sobre sus destinos y dedicación en aquella tierra, pero sabemos que acabó de párroco en la localidad extremeña de Castilblanco. Eran los años 40, la época mas dura del franquismo, con una feroz represión hacia los sospechosos de simpatías con quienes habían perdido la guerra. En Extremadura se aplicaba en esa labor un mando de la Guardia Civil apellidado Gómez Cantos, un personaje perfectamente sicopático, además de un renombrado asesino.

 Y por Castilblanco apareció el 1 de septiembre de 1942, con una lista de nombres (dicen que 90) a los que había que “tramitar”. Don Ambrosio,  con su inmensa fuerza y imponente presencia física, en la plenitud de los treintaypocos años, con el fuerte genio que tan conocido le hizo,  se le encaró, dicen que con estas palabras:

"Si tu eres Teniente Coronel de la Guardia Civil, yo soy Comandante del Requeté y como se te ocurra intentar hacer aquí lo que has hecho en Alía, te busco, te encuentro y te pego un tiro".

Con "lo que has hecho en Alía" se refería Eransus al fusilamiento de 30 vecinos en ese pueblo, por orden de Gómez Cantos, unos días antes, el 28 de agosto.

Gómez Cantos se marcho y no volvió. Hoy, Castilblanco tiene una calle que se llama Ambrosio Eransus. La única, por cierto. Navarra prefiere hacerse rogar para dar un sencillo homenaje a uno de sus grandes hombres.

 
 
 
Calle Ambrosio Eransus.  Castilblanco.
 
Extremadura 1- Navarra 0


 Al cabo de los años, volvió a Navarra. Fue párroco en las localidades de Funes, Cascante, Olite, Gazolaz (donde siendo quien escribe un mocosete de cinco años pudo coincidir con él), Echauri,….. Durante los años 70 volvió a Toledo a dirigir una casa de ejercicios espirituales llamada "El buen pastor". En los años 80 fue nombrado párroco de la Iglesia de San Agustín de Pamplona. Entonces fue cuando hizo levantar el monumento de Artica. Dedicaremos un articulo especifico al la intrahistoria del monumento, así que no desarrollo mas la cuestión.

 En sus últimos años fue capellán de un convento de monjas de Pamplona, que aún no he identificado. Falleció el 8 de Noviembre de 1994 de un cáncer que se le diagnosticó un par de meses antes. En esos días escribió una de sus hojitas, un breve texto que titulo “El amor es mas fuerte que la muerte”, que es un bellísimo texto, muy del estilo de Don Ambrosio, lleno de confianza en el Señor y de Amor a la voluntad de Dios.

 Conviene conocer un par de aspectos de la hechura física y mental de Don Ambrosio. La primera era su complexión atlética y fortachona , la que le permitía trabajar sin descanso en mil labores. En muchos de los monumentos que levantó era el primero en acarrear materiales o colocar piedras. La segunda, la mental, era un carácter fuerte y enérgico, suavizado por un sentido religioso muy profundo, densamente espiritual.

 Tres aspectos destacaron en la labor de don Ambrosio Eransus:

 La primera, su pasión por la “droga” de la tinta. Escribió toda su vida. En un prologo dice, por ejemplo, que esbozó los primeros afiches de una biografía “metido en una trinchera”. Su ultima obra, su sobrecogedora despedida, la firmó un mes antes de morir Dedicaré un post a la obra literaria de Don Ambrosio, así que no desarrollo aquí esa cuestión.

 La segunda, su pasión por levantar monumentos y símbolos de religiosidad popular. Donde iba, si podía, levantaba un monumento al Sagrado Corazón en algún alto que dominase la villa, con un vía crucis anexo. Levantaba lo que podía pagar y movilizaba para ello cielo y tierra. Mendioroz, Pamplona, Olite,  Gazolaz, Castilblanco, Funes, Echauri… tienen en sus cercanías estas huellas en piedra y hierro del paso de aquel santo sacerdote. Quiza sin saberlo, don Ambrosio anticipaba la nueva evangelización, tan en boga hoy en ciertas corrientes de la Iglesia, y que consiste en predicar de nuevo el Mensaje de Dios en tierras donde se daba ya por predicado. Por eso, en pueblos que tenían iglesias imponentes, a veces joyas  del arte (Gazolaz, Olite) ,creia necesario recordar el impulso que habia hecho erigirlas, y demostraba que ese mismo impulso podia resucitar en pleno siglo XX, levantando sus humildes tinglados como buenamente podía.

 La tercera, su labor pastoral diaria. Personas que lo conocieron me han comentado que su llegada a sus destinos era un shock, seguido de un efecto de arrastre, provocado por su arrolladora personalidad y su ejemplar convicción y entrega. Era eso que hoy se llama “un ser carismático” y “alguien con liderazgo”. Trabajaba mucho. Escribir, la atención de la parroquia, las catequesis, la dirección espiritual de enfermos, las obras de aquello que estuviese levantado donde estaba…. Siempre celoso de su deber, deseando ayudar y hacer el bien.

 Don Ambrosio fue un hombre tradicional, de principios que muchos hoy llamarán anticuados. Vistió toda su vida sotana y teja. Fue una presencia poderosa en la vida religiosa de Navarra, pero después de su muerte su figura se ha desdibujado, siendo llamativo el contraste entre la falta de documentación sobre su vida y su obra, y el afecto y el profundo respeto y veneración con el que lo recuerdan quienes le conocieron.

 
Don Ambrosio Eransus, con los ciervos que tenía por mascota en Olite.(circa 1968) 
Foto sacada de su libro "Olite, cuna y trono")
Don Ambrosio, en la solemnidad del Corpus. Olite (circa 1968)
Fuente : "Olite, cuna y trono"
 
 

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